Obras del mes de Agosto

Os presentamos las obras del mes de agosto seleccionadas por expertos del Museo de Bellas Artes de Asturias.

La playa de Gijón

Pintada en 1889 por Juan Martínez Abades (1860-1920). Se trata de una tablita en la que representa la playa de San Lorenzo de Gijón en pleno mediodía.
La escena se construye en planos paralelos al espectador. A la izquierda se refleja un tema habitual en la pintura elegante, que ya habían tratado, entre otros, pintores como Vicente Palmaroli: el cortejo galante en la playa. Mientras, a la derecha aparecen tres niños jugando con un aro en la arena y, más al fondo, otros dos con otro aro. Junto a éstos se ve la línea de maromas, que ayudaba a tomar los baños de ola. Varias damas elegantes conversan entre las casetas y otras mujeres de clases populares pasean a la derecha. Al fondo anima la composición el humor de un vapor. Todo ello refleja a la perfección el ambiente estival y playero a finales del siglo XIX en Asturias..

La playa de Gijón, Juan Martínez Abades

Saliendo del baño

Un cuadro pintado por José Mongrell en 1923.
Como se aprecia en obras como esta, Mongrell fue discípulo de Sorolla, de quien toma los valores y rasgos del luminismo. Así se ve en el propio tema, el de los bañistas adolescentes, aunque en su caso tratado con un matiz más pudoroso e intimista que en el de Sorolla. Pero también se aprecia la influencia del maestro en las barcas, la luz, el viento, el vitalismo y la búsqueda del lado amable de las cosas, todas ellas apreciables en este cuadro, aunque tratadas con una pincelada más densa y uniforme, menos atrevida que la de Sorolla.

saliendo-del-bano

Agosto

Este cuadro depositado en el Bellas Artes pertenece al Museo Nacional del Prado. Fue pintado por el artista vasco Ignacio Díaz Olano (1860-1937) en 1899.
Es una de las obras de gran formato que se ha podido exponer a raíz del Remontaje de la Colección Permanente.
Lo puedes encontrar en la sala 6, en el Palacio de Velarde, junto a otros autores del siglo XIX español como Ignacio Pinazo, Aureliano de Beruete, Cecilio Pla, Ulpiano Checa, José Jiménez Aranda, Eliseo Meifrén y Hermenegildo Estevan.
Más información en el siguiente enlace: https://www.museodelprado.es/coleccion/obra-de-arte/agosto/

Atardecer de un cálido verano

Continuando con la temática veraniega de nuestras últimas propuestas, proponemos esta obra del pintor asturiano Aurelio Suárez (1910-2003) titulada Atardecer de un cálido verano. Fue pintada por el artista en diciembre de 1954, según reza una inscripción en tinta negra situada al dorso de la obra.
En ella se aprecian sus habituales formas, oníricas, surrealistas, de trazo ingenuista e infantil, que recuerdan el universo de El Bosco, así como los colores dominantes en todas sus composiciones. Como curiosidad, también se puede apreciar muy bien su tradicional firma en el ángulo inferior derecho: invertida y acompañada de un pez.

Atardecer de un cálido verano

Una “mirada” a Joan Fontcuberta

Joan Fontcuberta i Villá (Barcelona, 1955) es un artista, docente, ensayista, crítico y promotor de arte especializado en fotografía. Dio inicio a su profesión como fotógrafo a principios de los años setenta, posicionándose como uno de los artistas españoles con mayor reconocimiento internacional.

Su obra fotográfica se caracteriza por el uso de herramientas informáticas en su tratamiento y su presentación de manera interactiva con el espectador. Además, las imágenes de Joan Fontcuberta representan una visión crítica de la realidad a través de la fotografía. Autodenominado “escéptico”, basa sus trabajos (obras fotográficas y trabajos teóricos) en el cuestionamiento del concepto que se tiene de la fotografía como reflejo de la realidad. En este sentido, Fontcuberta afirma:

“Toda fotografía es una ficción que se presenta como verdadera. Contra lo que nos han inculcado, contra lo que solemos pensar, la fotografía miente siempre, miente por instinto, miente porque su naturaleza no le permite hacer otra cosa. Pero lo importante no es esa mentira inevitable. Lo importante es cómo la usa el fotógrafo, a qué intenciones sirve. Lo importante, en suma, es el control ejercido por el fotógrafo para imponer una dirección ética a su mentira. El buen fotógrafo es el que miente bien la verdad”. (Joan Fontcuberta, El beso de Judas. Fotografía y verdad).

Sus primeros pasos tuvieron como referente la sensibilidad neo-dadaísta y la estética del cómic underground, cuestionando, mediante fotomontaje y otras técnicas de manipulación, la veracidad de la imagen y de los medios tecnológicos. A fines de los setenta, su obra se encaminó hacia trabajos de índole multidisciplinar y con formato de instalación.

Desde su primera exposición individual en 1974 en Barcelona, su obra ha pasado por los museos más prestigiosos de todo el mundo: MOMA (Nueva York), Art Institute (Chicago), FOAM (Amsterdam), I.V.A.M. (Valencia) o el MEP (París). Además, la obra de Fontcuberta ha sido adquirida para su colección por el Centro Pompidou (París), el Museo Metropolitano de Arte y el Museo de Arte Moderno (Nueva York); el Art Institute (Chicago), el Museum für Kunst und Gewerbe (Hamburgo); el I.V.A.M. (Valencia) y el Museo de Bellas Artes de Buenos Aires.

En su palmarés, entre otros, se encuentran los Premio Nacional de Fotografía (1998) y el Premio Nacional de Ensayo (2011) el Premio Internacional de Fotografía Hasselblad (2013) o la distinción de Chevalier de l’Ordre des Arts et des Lettres (Francia, 1994).

Asturias / ARSTUSIA

Hasta el 28 de agosto de 2016 se puede visitar en el Museo de Bellas Artes de Asturias la exposición ARSTUSIA, anagrama de Asturias. Es una muestra organizada por la Fundación María Cristina Masaveu Peterson que, con total respeto a la libertad creativa del fotógrafo, pone en marcha la cuarta edición de “Miradas de Asturias”, iniciativa de largo recorrido que promueve, desde el mecenazgo, la creación de un fondo de obra inédita inspirada en Asturias y sus gentes, la cual se materializa a través de la mirada de prestigiosos fotógrafos invitados.

Fontcuberta crea con ARSTUSIA una experiencia única y sensorial donde el espectador irá descubriendo, a través de sesenta cajas de luz, las imágenes que se esconden detrás de cada instantánea.

En relación a la exposición se han organizado un encuentro con el artista para su inauguración y distintas visitas guiadas, así como un taller para niñas y niños con título “Artistas y lugares”, en el que los participantes establecerán las conexiones entre los artistas y los lugares que inspiran sus obras, tomando como referencia a Joan Fontcuberta y ARSTUSIA.

Una aproximación a la restauración pictórica en el Museo

El proceso de limpieza y eliminación de los barnices



La conservación y la restauración son partes fundamentales en la actividad de cualquier Museo, ya que en ellas se concentra la responsabilidad de conservar el amplio legado que en él se custodia.

Ambas están además ligadas a labores de investigación, con distintos medios técnicos, que permiten profundizar en el conocimiento de las obras. Y es que, previamente a los procesos de conservación y restauración, el departamento de Restauración del Museo debe realizar una serie de estudios previos, que permitan profundizar en su análisis, composición o las necesidades específicas que pueda tener cada obra. Un proceso esencial antes de acometer acciones directas sobre la obra son por ejemplo los estudios fotográficos, tanto fotografías con luz ultravioleta, reflectografías IR, radiografías o estudios fotográficos completos (que sigan todos los procesos de intervención) de cada parte de la obra. La finalidad de todos ellos es aportar información adicional sobre la pieza a tratar, de modo que se profundice en aspectos como las modificaciones, los daños sufridos o la composición y el comportamiento de los materiales empleados.
Investigación en el Museo

En la entrada de hoy de nuestro blog, la Jefe del Departamento de Restauración del Museo de Bellas Artes de Asturias, Clara González-Fanjul Fernández, nos presenta brevemente una de las operaciones más comprometidas llevadas a cabo por el equipo de restauración del Museo: la limpieza y eliminación de los barnices. Pero antes de conocer más sobre este proceso, quizás sea mejor contestar a la siguiente pregunta: ¿qué es la restauración?

La restauración es una acción directa en la que se interviene sobre la obra afectada, estabilizando los materiales, garantizando su integridad física y facilitando su contemplación.

La limpieza o eliminación de los barnices

Los barnices, que recubren la mayor parte de los cuadros, cumplen una función de capa protectora, pero con el paso del tiempo pueden llegar a perder esa función primigenia y a alterar la percepción de un cuadro formando una cortina ocre que deforma y altera los colores. También hay ocasiones en que la capa oscura de barnices es producto de una aplicación artificial, fruto por ejemplo de la aplicación de betún de Judea para darle un aspecto envejecido.

Cuando un barniz está oscurecido, debe de ser eliminado y sustituido ya que transforma el aspecto normal del cuadro. Esta operación es quizás el proceso de intervención más arriesgado debido a que es irreversible: si el restaurador “se pasa” en la actuación, se eliminan veladuras o tonos medios ya no hay solución posible, quedando la obra descarnada, de manera que sólo proyectaría una imagen pobre al espectador.

Antes de acometer la limpieza hay que tener claro lo que se considera pátina de la obra y valorar lo que se elimina, ya que hay muchos grados de limpieza y también muchos tipos de barnices. Deben hacerse también pruebas de solubilidad por colores para ver la resistencia de cada uno de ellos para así no sobrepasarse, dependiendo todo esto del material con el que se hayan aglutinado, del grosor, del tipo de pigmento y de la época.

A continuación os dejamos algunas imágenes de limpiezas realizadas en el Museo, en las que se pueden ver las obras divididas en fases, diferenciándose claramente la parte sobre la que se ha intervenido de la que no.

Limpieza de barnices
Pinazo Pompas de jabón
Sorolla Niños en la playa

Obras del mes de Julio

Os presentamos las obras del mes de julio seleccionadas por expertos del Museo de Bellas Artes de Asturias.

Tríptico de la adoración de los Reyes Magos

Este tríptico fue realizado al óleo sobre tabla de roble hacia 1520. El Tríptico de la Adoración de los Reyes Magos o de Don Álvaro de Carreño fue realizado en Bruselas por algún artista del Círculo del Maestro de la Leyenda de la Magdalena. En la tabla central se representa la Adoración de los Reyes Magos, mientras en las laterales aparecen Don Álvaro de Carreño, aposentador de Carlos V, y su esposa, introducidos en la escena por los santos Pedro y Santiago, así como una representación de la Anunciación, visible cuando las puertas están cerradas. Aunque su atribución ha cambiado en los últimos años, para saber más detalles pincha aquí.

Tríptico de Don Álvaro de Carreño

Salida de la iglesia de San Pedro de una cofradía que se dirige a un entierro, en 1903

Acuarela del pintor Evaristo Valle que representa la salida en procesión de una iglesia en Semana Santa. Realizada en 1903, fue expuesta en un escaparate de la calle Corrida de Gijón bajo el título Salida de la iglesia de San Pedro de una cofradía que se dirige a un entierro, en 1903. Dibujada a lápiz y coloreada a base de grandes manchas de color, muestra la capacidad de Valle para captar, de un modo caricaturesco y con gran vivacidad y humor, los rasgos más característicos de la realidad.

Salida de la iglesia de San Pedro

Corriendo por la playa. Valencia

Esta es una de las Obras Maestras de la colección del Museo: Corriendo por la playa. Valencia, realizada por Joaquín Sorolla en 1908.
El pintor Joaquín Sorolla (1863-1923) es especialmente célebre por sus escenas estivales a la orilla del mar Mediterráneo, de la que esta es uno de los ejemplos más conocidos. Puedes conocer más sobre el cuadro en nuestra sección colección.

Corriendo por la playa. Valencia (1908), de Joaquín Sorolla

Cabeza del escultor Víctor Fernández Puente

Cabeza del escultor Víctor Fernández Puente, retrato realizado por el escultor Faustino Goico-Aguirre (1905-1987) hacia 1930.
En esta escayola Goico representa, con gesto contenido, a su colega y compañero de estudios bajo el magisterio de Víctor Hevia. Destaca el tratamiento del rostro, donde es visible la capacidad de observación de Goico, así como el dominio del dibujo y el modelado aprendido con Hevia.

Cabeza del escultor Víctor Fernández Puente