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El Museo de Bellas Artes de Asturias contará con 9 nuevos depósitos del Museo Nacional del Prado

Publicado el 2 de febrero de 2022

El Museo de Bellas Artes de Asturias contará con 9 nuevos depósitos del Museo Nacional del Prado

A partir de la próxima semana, 9 nuevas obras pertenecientes al Museo Nacional del Prado serán depositadas en el Museo de Bellas Artes de Asturias. El conjunto seleccionado responde a la reorganización y racionalización que desde la pinacoteca nacional ha experimentado el llamado Prado disperso, un ambicioso programa a través del cual la institución nacional tiene depositadas más de 3.200 obras fuera de sus muros. En esta ocasión, el Museo de Bellas Artes de Asturias será uno de los primeros centros receptores en disfrutar de la reordenación de los fondos prestados por el Museo Nacional del Prado a las distintas instituciones museográficas nacionales. Y lo hará con nueve pinturas, todas ellas pertenecientes al siglo XIX, y realizadas por pintores nacidos o relacionados con Asturias que ingresarán en el discurso permanente del museo provincial a finales de la próxima semana.

Dionisio Fierros (La Ballota, Cudillero, Asturias, 1827-Madrid, 1894), Ignacio Suárez Llanos (Gijón, 1830-Madrid, 1881), Paulino de la Linde (n. Granada, 1837), Joaquín María Herrer y Rodríguez (Madrid, 1840-doc. 1915), Agustín Lhardy (Madrid, 1847-1918), Antonio Amorós y Botella (Alicante, 1849-Madrid, 1925), Tomás Campuzano (Santander, 1857-Madrid, 1934), Juan Martínez Abades (Gijón, 1862-Madrid, 1920) y Ventura Álvarez Sala (Gijón, 1869-1919) serán los nueve autores de nuevas pinturas que enriquecerán la colección del Museo de Bellas Artes de Asturias. De ellos, 6 estaban ya presentes a través de otras obras y depósitos del propio Museo Nacional del Prado, mientras que los 3 restantes entrarán de forma inédita en la pinacoteca regional.

El depósito del Museo Nacional del Prado funciona como un complemento extraordinario de las colecciones del Museo de Bellas Artes de Asturias, otorga apoyo a sus líneas de investigación científica, refuerza la calidad de su exposición permanente, permite el sostenimiento de muchas de sus actividades educativas y consigue, a través de la Institución asturiana, una perpetua difusión y un conocimiento sistemático de los fondos de la Pinacoteca Nacional.