Bodegón de cocina

Bodegón de cocina

Luis Meléndez (Nápoles, 1716-Madrid, 1780)

Fecha de ejecución:

1772

Técnica:

Óleo sobre lienzo

Medidas:

48 x 34,5 cm

Procedencia:

Colección Pedro Masaveu

Entre las obras que el Museo de Bellas Artes de Asturias expone, destaca la pintura Bodegón de cocina de Luis Meléndez (Nápoles, 1716-Madrid, 1780), uno de los artistas españoles más importantes del siglo XVIII, reconocido tanto a nivel nacional como europeo. Nacido en Nápoles en 1716 cuando la ciudad aún formaba parte del territorio español, es considerado el artista más famoso de la saga de los Meléndez. Tercer hijo del pintor de origen asturiano Francisco Antonio Meléndez (Oviedo, 1682-Madrid, 1752)y sobrino del también pintor Miguel Jacinto Meléndez (Oviedo, 1679-Madrid, 1734), fue uno de los bodegonistas más relevantes de la historia del arte. Uno de sus encargos fue la elaboración de una serie de bodegones destinados para el entonces Príncipe de Asturias Carlos IV, padre del futuro Fernando VII, el Deseado.

En este cuadro, pintado en 1772, aparecen representados sobre una mesa de madera dos grandes panes redondos (o empanadas) apoyados uno sobre el otro y con un cuchillo colocado entre ellos. Detrás se aprecian, sobre el fondo de color neutro, una botella de cristal oscuro con tapón de corcho y una jarra de barro con asa, esta última decorada en su cuello con una serie de estrías horizontales. Un platillo de cerámica roto cubre la boca de la jarra, de la que también sale el mango de madera de un cucharón. El eje compositivo de la obra se define a través de la diagonal que forman el pan inclinado, las vetas de la jarra y el mango de la cuchara.

Los cuadros de Meléndez, entre los que se incluye este Bodegón de cocina, dejan patente que el pintor se adaptó al tradicional reto de la pintura de bodegones, que exigía la imitación de los objetos con el mayor realismo posible. Buena prueba de ello es la gran pericia técnica que demuestra Meléndez, ya que incluso podemos distinguir en el lienzo las migas de los panes o las marcas de golpes en la mesa. Todo ello aparece resaltado por un foco de luz que ilumina la escena de izquierda a derecha produciendo unos delicados brillos en la oscura botella de cristal y en la jarra de barro. Con este tipo de cuadros, Meléndez se sitúa en la línea del naturalismo del siglo XVIII y como heredero de la rica tradición española en el género de la pintura de bodegones, en la que también destacaron artistas de la talla de Francisco de Zurbarán.