Campo de Campos I

Campo de Campos I

Pablo Plazuelo (Madrid, 1915 - 2007)

Fecha de ejecución:

1987

Técnica:

Óleo sobre lienzo

Medidas:

222 x 168 cm

Procedencia:

Donación de Plácido Arango Arias en 2017

Pintor lento, de cuidadosa factura en sus lienzos y dibujos, durante el año en que realizó esta obra, Pablo Palazuelo ejecutó apenas una decena de pinturas. En este sentido, es Campo de Campos I ejercicio de un declarado dejar hablar a las líneas, lineaje de líneas y formas devenido también laberinto conducente hacia el plano que, expandido, le permitirá abordar su trabajo escultórico, tan riguroso. Línea como imagen que es emblema como movimiento en el espacio, activadora de ése más también de la verdadera visión, conformadora del mundo, vehículo de energías capaz, en palabras del artista, de hacer visible lo invisible. Palazuelo, un pintor poeta, un artista intenso y reflexivo explorador de un insólito lenguaje, una belleza otra, fue creador plenamente abstracto e indagador de la reducción a la síntesis de las formas del universo. Y además de ello, resonancia kleeniana. Al cabo, Klee había sido esencial referencia en el encuentro de Palazuelo con la abstracción, llegando a decir sobre su descubrimiento del artista suizo: “me causó una profunda impresión, quizás fue la emoción más fuerte que yo había sentido desde que empezara pintar. Me intrigaba su interés por la geometría, su percepción de las manifestaciones de la geometría en la naturaleza hechas poesías: esas líneas y colores que sueñan […] es su relación con la energía en la naturaleza lo que más me atrae de la obra de Klee. Sus paisajes, las fantásticas ciudades y las ruinas, las personas fantasmagóricas, sus líneas y colores: todo se encuentra en un estado de máxima atención hacia la intensidad y la energía”.

Pinta el paisaje, el campo, contempla la realidad Palazuelo devenida en Campo de campos, un tangram que recuerda a sus grandes estudios de finales de los cincuenta, tentando ver lo no visto antes, conocer una parte de lo desconocido para él, máxima palazuelina que reflexiona sobre el complejo sentido de la creación artística: el mundo es forma capaz de revelar la idea. Formas que, más que encontrarse, muestran su agitada vida, el lineaje: el permanente engendramiento de unas formas a otras.