Cristo Resucitado

Cristo Resucitado

Luis Fernández de la Vega, (Llantones, Leorio, Gijón, 1601 – Oviedo, 1675)

Fecha de ejecución:

1645 - 1646

Técnica:

Bajorrelieve en madera

Medidas:

86 x 68 cm

Procedencia:

Adquisición por el Museo de Bellas Artes de Asturias en 1996

Relieve del ático que coronaba el Retablo mayor del Santuario de Nuestra Señora de Carrasconte, entre las comarcas de Babia y Laciana, municipio de Cabrillanes, León. Se concertó su hechura en enero de 1645 con Luis Fernández de la Vega, escultor, y Alonso Carreño y Pedro Sánchez de Agrela, arquitectos ensambladores, por la cantidad de 300 ducados. Estuvo todo bajo la supervisión del obispo de Oviedo, don Bernardo Caballero de Paredes. El retablo se desmontó y desapareció del lugar en fecha imprecisa, pero por el contrato de obra y tres elementos que se han localizado, se puede reconstruir de manera aproximada. El piso primero acogería dos relieves de un metro de lado representando, la Anunciación y San Roque con un ángel, que flanqueaban la imagen antigua de María, para la que se habría de hacer un trono de ángeles. Ambos relieves se encuentran ahora expuestos en el Museo Marés, de Barcelona. Sobre ellos irían las imágenes de bulto redondo de San Tirso y San Francisco, desaparecidas hasta hoy. Y por último, en el ático, este relieve del Resucitado. Según consta en el contrato, toda la escultura debía hacerla Fernández de la Vega y desde luego, a su mano directa se pueden atribuir las tres piezas conservadas. Este Resucitado, con ángeles sobre nubes en los ángulos superiores, responde a su mejor forma de hacer, siempre dependiente de la estética castellana, y al modelo que usó otras veces para este tema, así como para representar a Cristo en momentos de su Pasión, como Ecce Homo o Crucificado. Utiliza un tipo humano, delgado y huesudo, de rostro afilado con barba y cabellos crecidos y abundantes, movidos y muy trabajados; en este caso, lleva anudado a la cintura su propio sudario que revolotea a los lados y refuerza la impresión de movimiento. Igualmente los ángeles responden a los modelos de Fernández de la Vega, como podemos ver en el retablo del obispo Vigil, catedral de Oviedo, o de Malleza, Colegiata de Salas. Al estar sin policromía se aprecia muy bien el virtuosismo del escultor que tanto alabó Jovellanos. Tras esta obra trabajaría varias veces para el citado obispo, para su fundación de Medina del Campo y para la catedral de Oviedo.