Noche de frío espeso

Noche de frío espeso

Aurelio Suárez (Gijón, 1910-2003)

Fecha de ejecución:

1954

Técnica:

Óleo sobre lienzo

Medidas:

38 x 46 cm

Procedencia:

Adquisición, 1985

Noche de frío espeso es, sin lugar a dudas, una de las mejores creaciones de Aurelio Suárez (Gijón, 1910-2003), al tiempo que condensa lo más granado de la fantasía, delicadeza y hondo aliento lírico que están presentes en muchos de sus trabajos. Representa un paisaje nevado, habitado por una pareja de seres imaginarios, uno de los cuales aparece en un interior calentándose en un fuego mientras que el otro se acerca desde el exterior en actitud oferente con un ramo de flores en las manos. Destaca la originalidad y poderosa imaginación con que están concebidos los personajes, a mitad de camino entre lo fantástico, lo animal y lo humano, y representantes a su manera de un principio masculino y otro femenino que están a punto de entrar en contacto. También cabe mencionar el modo tan singular como está resuelta esa especie de tienda que aúna la doble imagen, tan característica por otro parte del surrealismo, de lo arquitectónico y del rostro que contempla la escena. La blanca nieve, el oscuro cielo estrellado, la luna amarilla y las ramas deshojadas de un árbol completan la composición, otorgando una carga ensoñadora y un tanto bucólica al trabajo. Además, un profundo silencio parece apoderarse de toda la obra. El tiempo da la sensación de haberse detenido. Todo está quieto, tranquilo, como si se hubiera alcanzado una armonía superior. El espacio, completamente imaginario, parece llevar al espectador a otra dimensión. En definitiva, el conjunto de sensaciones a las que se refiere el título están plenamente encarnadas en esta sencilla y hermosa composición.

La obra es deudora de la influencia que el mundo fantástico de artistas como El Bosco y Brueghel el Viejo ejerció desde muy joven sobre la producción de Aurelio Suárez, sólo que descargado ese mundo de su habitual violencia y acentuado en lo que a su orientación onírica y simbólica se refiere. De hecho, en una entrevista realizada por Bastián Faro en 1949, el propio Aurelio Suárez aludió al magisterio que habían ejercido esos dos pintores, así como Giotto, Patinir, El Greco y Goya, tanto en su formación artística como en la configuración de su universo iconográfico. En este sentido, cabe recordar que buena parte de estos autores fueron admirados ya por los principales representantes del surrealismo internacional, considerándoles en algunos casos como directos precedentes de su sensibilidad.