La edición del programa La Obra invitada del segundo cuatrimestre de 2023 se dedica a Retrato de Picasso, grabado en el que Juan Gris (Madrid, 1887 – Boulogne-sur-Seine, 1927) reprodujo su reconocida obra homónima de 1912: el retrato que pinta de su admirado colega –a quien conoce en París en 1906– conservado actualmente en The Art Institute of Chicago. Este retrato simboliza la relevancia de Gris en el movimiento cubista, ya que, además de homenajear a Picasso, líder del mismo, su factura según los parámetros del cubismo analítico demuestra la estricta militancia del artista en esta vanguardia y su consolidación, en esas fechas, como una de sus principales figuras.
La trascendencia de esta obra se puso nuevamente de manifiesto al ser el motivo elegido para representar a Gris en la reedición ilustrada de Du Cubisme de 1947, libro esencial en el planteamiento teórico del cubismo. Junto a otras diez estampas de los más destacados artistas vinculados a esta vanguardia –entre ellos Picasso– se incluyó en esta publicación la reproducción al aguafuerte y punta seca que Gris había realizado en la década de 1920 del célebre retrato.
La muestra de este ejemplar de Retrato de Picasso, procedente de una colección particular, se ha concebido a modo de diálogo con Un país superpoblado. Estampas de Picasso. Ambas exposiciones forman parte de las acciones programadas por el Museo de Bellas Artes de Asturias para sumarse a la conmemoración del 50.º aniversario del fallecimiento de Picasso.
La Obra invitada podrá visitarse en la Sala 11 de la Casa de Oviedo-Portal desde el 1 de junio hasta el 29 de octubre de 2023.
Juan Gris, Retrato de Picasso (1947). Colección particular.
La exposición Un país superpoblado. Estampas de Picasso propone un selecto recorrido por la obra gráfica de uno de los grandes genios de la historia del arte y, en particular, de la historia del grabado occidental. En una producción inconmensurable como la de Pablo Picasso (Málaga, 1881 – Mougins, 1973), el trabajo que durante toda su vida desarrolló en el medio gráfico constituye un verdadero paradigma de sus intereses estéticos, que plasmó con singular vehemencia y precisión, y de su virtuosismo técnico, patente en la investigación de las posibilidades expresivas de los diversos procedimientos de estampación.
Las 22 estampas que conforman la muestra –procedentes en su mayoría de colecciones particulares– ofrecen una visión evolutiva del Picasso grabador que abarca desde sus inicios en este medio hasta sus últimas estampas. Dentro de esta selección sobresalen obras procedentes de los principales conjuntos gráficos del artista, como la Suite Vollard (1930-1937), la Suite 347 (1968) y la Suite 156 (1970-1972).
Con esta exposición el Museo de Bellas Artes de Asturias se suma a la conmemoración del 50.º aniversario del fallecimiento de Picasso.
Un país superpoblado. Estampas de Picasso podrá visitarse en las Salas 10 y 11 de la Casa de Oviedo-Portal desde el 1 de junio hasta el 29 de octubre de 2023.
Pablo Picasso, Pintor y modelo tejiendo (1931). Colección particular.
Antonio Cores (San Fernando de Cádiz, 1936 – Almuñécar, 2020) conoció a Pablo Picasso (Málaga, 1881 – Mougins, 1973) en la primavera de 1966. Fruto de aquel encuentro surgió una serie de setenta y tres fotografías realizadas por el primero, así como otra más que el maestro malagueño tomó de su segunda esposa, Jacqueline Roque, y del propio Cores en la terraza de Nôtre Dame de Vie, casa ubicada en las cercanías de Mougins donde por entonces residía el matrimonio Picasso.
La persona que propició el contacto entre Picasso y Cores fue Luis Miguel Dominguín, amigo íntimo del pintor desde finales de la década de 1950 y del fotógrafo desde comienzos de 1966. Llamado por el torero con el pretexto de que le acercara unos álbumes fotográficos suyos que intencionadamente se había olvidado y que quería enseñarle a Picasso, en abril de 1966 Cores realizó un primer viaje a Mougins. La sorpresa de éste fue mayúscula cuando a pie de pista del aeropuerto de Cannes se encontró que el propio Picasso lo estaba esperando para, acto seguido, trasladarlo a su casa de Mougins. Cores pasaría una semana con el matrimonio Picasso iniciando una amistad que lo llevaría a volver a visitarlos en el mes de mayo de ese mismo año, coincidiendo con la celebración del festival de cine de Cannes. Fue durante este nuevo encuentro cuando se tomó la serie de fotografías antes mencionada de la cual, una parte, compone este calendario.
Con motivo del cincuenta aniversario del fallecimiento de Pablo Picasso, el Museo de Bellas Artes de Asturias expone la serie completa en la planta baja del Palacio de Velarde desde el 1 de junio hasta el 20 de octubre de 2023.
La exposición ha contado con la ayuda y colaboración de Beatriz del Río, Iván Cores y Adrián Cores.
Picasso con gorra fumando, Antonio Cores. Papel baritado virado al selenio, 400 x 460 mm. Museo de Bellas Artes de Asturias.
La sidra, el producto más identitario de Asturias, se encuentra muy presente en la vida cotidiana de esta región y ha conseguido impregnar hondamente su imaginario colectivo. De hecho, en torno a sus formas de sociabilidad, producción y consumo se ha generado un rico y complejo conjunto cultural.
La sidra es un elemento vertebrador en algunos contextos sociales que le son propios y está presente en muchos otros: en el espacio indispensable de recreo que es el chigre o, en el llagar y la espicha, que tan destacado papel juegan en la estructura del ocio regional. En lo que a su dimensión económica se refiere, pese a su imagen de vestigio de un mundo tradicional, la manzana y la sidra son, también, una de las señales más ciertas y seguras de la modernización del sector agrario.
Ciertamente, en ninguna otra región productora ha estado tan arraigada, ni presenta un tipismo regional tan definido, ni su consumo ha estado tan difundido ni es tan popular, ni ha sido capaz de generar una ritualización tan compleja, una cultura material tan rica y una serie de manifestaciones que puedan rastrearse con tanta nitidez en el folklore, en la literatura y, de modo sumamente destacado, en las artes plásticas.
Esta nueva muestra que el Museo de Bellas Artes de Asturias organiza en colaboración con la Consejería de Cultura, Política Llingüística y Turismo y la Cátedra de la sidra de Asturias-Universidad de Oviedo, pretende plasmar todas estas realidades a través de la exposición de un conjunto de obras plásticas y objetos varios que contextualicen y profundicen en los aspectos reseñados.
A este respecto, muchas de las cuestiones asociadas a la sidra han quedado recogidas en la creación artística de los más destacados pintores, escultores, impresores o litógrafos asturianos, muchos de los cuales, serán protagonistas de esta exposición.
Finalmente, muchas de las razones expuestas son las que han permitido que la Cultura Sidrera Asturiana sea la candidata española para ser reconocida como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por parte de la UNESCO. Hecho que celebramos.
Este primer cuatrimestre del año tendrá como Obra invitada una pintura protagonizada por la Virgen de Guadalupe. Se trata de una obra de un anónimo novohispano, realizada entre 1675 y 1680, y procedente de la colección del IX conde de Revilla-Gigedo, que en su día decoró la capilla del Palacio de los Valdés, de advocación guadalupana, en la ciudad de Gijón.
La imagen de la Virgen de Guadalupe, conocida también como Guadalupana, pertenece a un modelo iconográfico flamenco-alemán que ya se encuentra en el medievo. Representa a la Virgen coronada, rodeada de una mandorla de luz y parada sobre una luna creciente. Una iconografía ya presente en el Museo pero que ahora se enriquece con este excelente ejemplo.
Este nuevo programa de La Obra invitada se enriquece, en esta ocasión, con tres pinturas más. En primer lugar, una Vista de Gijón con el Palacio Valdés (hacia 1700) de gran importancia documental. En él aparece representado el Cerro de Santa Catalina con todas las edificaciones que existían en el Gijón del siglo XVII, es decir, el palacio de los Valdés, la iglesia de San Pedro e, incluso, las murallas. Una vista inédita hasta ahora y repleta de interés.
En segundo lugar, el museo asturiano expone dos Retratos póstumos de cuerpo entero del matrimonio de nobles asturianos formado por don Fernando de Valdés Tobar y doña Luisa de Valdés y Miranda (ambos datados hacia 1757), el primero de ellos propiedad de Dña. Carmen Armada, hermana del IX conde de Revilla-Gigedo. La presencia de ambos retratos explica la promoción de la capilla del citado Palacio Valdés, espacio en donde, con el paso del tiempo quedó instalada la imagen mariana que hoy protagoniza este programa.
La muestra se completa con dos fotografías, procedentes del Archivo del IX conde de Revilla-Gigedo.
El conjunto podrá disfrutarse desde el 23 de febrero hasta el 21 de mayo en la sala 4 del Palacio de Velarde.
Programa La Obra invitada, Museo de Bellas Artes de Asturias. Fotografías de Luis Hernando.
Programa La Obra invitada, Museo de Bellas Artes de Asturias. Fotografías de Luis Hernando.
Fernando Alba (La Folguerosa, Malleza, 1944) es uno de los artistas referentes del panorama artístico asturiano. La presente exposición muestra un recorrido por su obra con una selección de los trabajos en madera y acero de etapas anteriores, incorporando algunas piezas que se consideran fundamentales en su trayectoria y que contribuyen a entender y sensibilizar, pese a la aparente diferencia, su desarrollo creativo.
Por otro lado, esta muestra, lejos de ser una antológica al uso, ha hecho una selección sobre trabajos de su última producción, incorporando la fragilidad, el azar y el accidente como hilos conductores de su propia deriva creativa, tan presente en la condición humana y tan consustanciales a nuestro momento histórico. En este sentido, en su producción reciente, la obra de Fernando Alba se ha caracterizado por una evolución liberadora con la que ha introducido nuevos niveles de libertad capaces de desmaterializar y deconstruir las obras, que se adentran en una actitud generadora de nuevos procesos y lecturas.
Todo ello puede verse en buena parte de las obras que ahora se reúnen. La inestabilidad y el azar constituyen para el escultor partes fundamentales en el entendimiento de la vida y de su propia condición. La contextualización y el sentido del accidente mediante leves manipulaciones incorporan desde hace un tiempo una dimensión de mayor apertura, gozo y potencial creativo.
La exposición estará presente en la planta -1 del Edificio Ampliación desde el 17 de marzo de 2023 hasta el 11 de junio.
Fernando Alba. Sombra y accidente, Museo de Bellas Artes de Asturias. Fotografía de Marcos Morilla.
Fernando Alba. Sombra y accidente, Museo de Bellas Artes de Asturias. Fotografía de Marcos Morilla.
Fernando Alba. Sombra y accidente, Museo de Bellas Artes de Asturias. Fotografía de Marcos Morilla.
Durante varios días, el artista sonoro Juanjo Palacios exploró el Museo de Bellas Artes de Asturias con la intención de descubrir sus sonidos, especialmente los que permanecen en los materiales que conforman su arquitectura, están en los límites de la atención o se ocultan en los rangos de frecuencia inaudibles para el oído humano. Utilizando acelerómetros, sensores electromagnéticos y micrófonos de alta sensibilidad, el artista capturó resonancias, vibraciones, ondas electromagnéticas y distintos sonidos que trascienden la percepción humana. En su exploración, Palacios también imaginó cómo sonarían los paisajes naturales que se pueden contemplar en varias de las obras pictóricas expuestas en el Museo.
A partir de todas esas capturas e imaginaciones, Juanjo Palacios ha creado tres obras que se presentan en una instalación específica en la que no hay imágenes ni objetos, sino sonidos que invitan al visitante a realizar una escucha profunda y prolongada sin ningún tipo de distracción visual.
Estas obras proponen una escucha que va más allá del sonido ambiental de las salas, para así descubrir los sonidos ocultos o desatendidos que habitan en el Museo de Bellas Artes de Asturias.
Sonidos Propios es el proyecto específico que el artista Juanjo Palacios ha desarrollado para las salas y planta baja del Palacio de Velarde y que estará en el Museo de Bellas Artes de Asturias desde el 13 de abril hasta el 18 de junio de 2023.
Naturaleza, instalación sonora en el patio del Palacio de Velarde.
Sonidos propios, de Juanjo Palacios.
El programa La Obra invitada tiene como misión traer al Museo de Bellas Artes de Asturias durante un periodo aproximado de tres meses destacadas obras procedentes de coleccionistas particulares o de otras instituciones nacionales e internacionales que contribuyan a reforzar el discurso de la exposición permanente. En algunos casos la elección permite profundizar en aspectos ya contemplados en la propia colección de la institución y, en otros, permite cubrir lagunas que en ella puedan detectarse.
Esta nueva Obra invitada constituye una ocasión singular en el contexto de este programa, ya que en lugar de tratarse de una única obra, serán siete las piezas que mostremos, a modo de micro-exposición. Ésta la protagoniza Line Heat (2000) uno de los aguafuertes de gran formato más destacados en la producción de Richard Serra; y en torno a ella se exponen otros seis grabados que contextualizan y enriquecen el acercamiento a la obra gráfica de uno de los más notables escultores del panorama actual.
Richard Serra (San Francisco, 1939) sobresale en el panorama artístico de la segunda mitad del siglo XX como uno de los principales exponentes del llamado “post-minimalismo”. Si bien la escultura constituye su principal medio de expresión, Serra ha realizado un gran número de estampas que trasladan su lenguaje escultórico a las dos dimensiones. Los aguafuertes invitados reúnen las principales características de su producción gráfica: monumentalidad; monocromía en negro; y tratamiento “escultórico” del grabado, visible en la fuerza y expresividad de sus líneas y volúmenes, y en el interés por reflejar los conceptos de peso, masa y materia en contraste con la ligereza del soporte papel.
La nueva Obra invitada constituye una ocasión única para contemplar obra gráfica de Richard Serra, artista ausente en las colecciones del Museo y que completa la panorámica que nuestra institución ofrece de las manifestaciones artísticas regionales, nacionales e internacionales más recientes. A la novedosa presencia de Serra en el Museo se une el hecho de que este conjunto, procedente de una colección particular, se expone por primera vez al público, que podrá contemplarlo en la Sala 11 desde el 9 de junio hasta el 30 de octubre de 2022.
La estrecha y fructífera relación entre el Museo de Bellas Artes de Asturias y el Museo Nacional del Prado se ha concretado de diversas maneras a lo largo del tiempo. En este sentido, no cabe duda de que la más importante ha sido el gran número de depósitos que el Prado ha ido haciendo durante años en nuestra institución, hasta alcanzar la cifra actual de 55 obras, divididas en 50 pinturas y 5 esculturas, que recorren algunas de las páginas más interesantes de la historia del arte asturiano y español comprendidas entre los siglos XVI y XX. De hecho, desde 1889, año del primer depósito realizado en este caso al Museo de Pinturas de la Academia Provincial de Bellas Artes de San Salvador de Oviedo, de cuyos fondos se nutre la actual colección del museo asturiano, hasta 2022, en el que se han efectuado los nueve últimos, esa relación ha sido fluida y constante, teniendo en 1990 un momento decisivo con la incorporación de una veintena de obras.
Con la presente exposición, que recoge una selección cuantitativa y cualitativamente importante de esos depósitos, se pretende mostrar el papel decisivo que esta política de apoyo y refuerzo de nuestras colecciones por parte de la principal pinacoteca de nuestro país ha tenido en el crecimiento y progreso de nuestra institución. A ello alude precisamente el término “factor” presente en el título y que hay que entender como esa especie de circunstancia que contribuye a dar con un producto, pero también como ese elemento que se suma o multiplica con otro para obtener un resultado. Y es este efecto multiplicador que han tenido las aportaciones del Museo del Prado sobre nuestra institución, en cuanto a la mejora y esplendor de sus colecciones, el que se pretende resaltar con esta muestra y el catálogo que la acompaña.
La exposición, presente en el museo asturiano desde el 21 de julio a 30 de octubre de 2022, está comisariada por Gabino Busto Hevia, Conservador de arte antiguo del Museo de Bellas Artes de Asturias.
Colección Masaveu. Objeto y naturaleza. Bodegones y floreros de los siglos XVII y XVIII presenta una selección significativa de las naturalezas muertas pertenecientes a la Colección Masaveu, uno de sus núcleos temáticos más coherentes tanto por su número como por su calidad.
Para esta ocasión, se han seleccionado las piezas más sobresalientes del Barroco y la Ilustración con el objetivo de ofrecer un panorama representativo de calidad del origen y la evolución de uno de los géneros pictóricos más extendidos en la tradición occidental. Así, la muestra se ha completado con fondos de la propia Fundación María Cristina Masaveu Peterson y de la Colección Pedro Masaveu Peterson.
Dividida en cuatro secciones, Colección Masaveu. Objeto y naturaleza. Bodegones y floreros de los siglos XVII y XVIII recorre el devenir del género de la naturaleza muerta. Así, a través de las obras de algunos de los más renombrados artistas consagrados al género, esta exposición propone al público un trayecto único de siglo y medio por el bodegón español.
La muestra podrá disfrutarse en la planta -1 del Edificio Ampliación desde el 30 de septiembre de 2022 al 8 de enero de 2023.