De la España negra a la España desposeída: Solana-Pérez Siquier presenta dos miradas: la del pintor José Gutiérrez Solana y la del fotógrafo Carlos Pérez Siquier. Dos visiones y dos lenguajes que con sus diferencias guardan, sin embargo, vínculos incuestionables. Aquellos que evidencian una misma España: la de los excluidos, los anónimos, los marginados. Esa España que parte del desastre, pero en la que se concentra una clara esencia identitaria.
La pinacoteca asturiana abre así su año expositivo con una muestra organizada en colaboración con Fundación MAPFRE. Para ella se ha reunido una selección de pinturas y obra gráfica de Gutiérrez Solana, entre las que se halla lo más genuino del creador madrileño, junto a un conjunto de instantáneas de Pérez Siquier, con el claro objetivo de evidenciar una parte de la historia de nuestro país.
De la España negra a la España desposeída: Solana-Pérez Siquier podrá disfrutarse en la planta -1 del Edificio Ampliación desde el 6 de febrero al 11 de mayo de 2025.
Grabado contemporáneo asturiano en las colecciones del Museo de Bellas Artes de Asturias es la primera exposición que la institución programa en 2025 en cumplimiento de su misión de difundir su colección en distintos lugares de Asturias, iniciada en años anteriores. En esta ocasión, el Museo se acerca a la zona oriental de la región, contando con la Casa Bárcena (Carreña de Cabrales), construcción originaria del siglo XVII, como lugar de celebración de la muestra.
La exposición se compone de una treintena de obras procedentes de los amplios fondos que el Museo conserva de estampa contemporánea asturiana. Esta selección representa a los artistas actualmente en activo que tienen en las técnicas gráficas uno de sus principales medios de expresión, como Bernardo Sanjurjo, Francisco Velasco, Xulián Fueyo, Ricardo Mojardín, María Álvarez, Isabel Cuadrado, Fernanda Álvarez, Fermín Santos, Beatriz Corredoira, Marta Fermín, Israel de la Peña y Valle Baranda, entre otros. A través de este conjunto, se plantea un recorrido por el arte gráfico realizado en la región en las tres últimas décadas, caracterizado por una gran diversidad técnica y estilística.
El programa La Obra invitada trae al Museo de Bellas Artes de Asturias para el primer cuatrimestre del año una obra de Francisco Ribalta (Solsona, Lérida, 1565-Valencia, 1628), artista ausente en la colección regional, procedente del Museo de Bellas Artes de Valencia.
Se trata de la pintura titulada Abrazo de San Francisco de Asís al Crucificado, fechada hacia 1620, y que se corresponde con la etapa de madurez del pintor y, por lo tanto, una presencia extraordinaria para hacerla dialogar con la colección del Museo de Bellas Artes de Asturias.
Su temática, de acuerdo con la titularidad del convento de capuchinos de la Sangre de Cristo para el que fue pintado, muestra a san Francisco abrazado a Jesús, acercando su rostro sobre la llaga sangrante del costado del Redentor para ser partícipe de los sufrimientos de Cristo en su pasión. En respuesta a esa unión mística, no exenta de cierta morbidez, Cristo desclava un brazo de la cruz para colocar su corona de espinas sobre la rapada cabeza del santo de Asís, mientras un ángel, con gesto emotivo, se dispone a coronar al Crucificado con una diadema de flores.
El programa La Obra invitada tiene como finalidad el enriquecer la colección del Museo de Bellas Artes de Asturias con destacadas obras procedentes de coleccionistas particulares en algunas ocasiones, o bien de instituciones nacionales e internacionales que durante un periodo aproximado de tres meses nos permiten reforzar el discurso de la exposición permanente.
Abrazo de San Francisco de Asís al Crucificado se expondrá desde el 3 de abril hasta el 267 de julio de 2025.
Soy lo que no entiendo es el proyecto que la artista Breza Cecchini ha confeccionado para el Museo de Bellas Artes de Asturias dentro del programa destinado a creadores contemporáneos asturianos para el patio y las salas de la planta baja del Palacio de Velarde.
Soy lo que no entiendo es una invitación y una apertura. Es también un acto de generosidad, un diario plástico, un mundo en construcción. Es Breza, con su iconografía, sus símbolos, sus miedos y sus talismanes. Son mujeres y caballos, lobos en bosques, gritos y silencios. Color y vacío. Es aquello que queremos descubrir, como la artista, para entender. El germen del que brota la magia. Lo ancestral y lo futuro.
Contado a partir de un lenguaje ciertamente genuino, Breza sondea lo visible e invisible a través de un conjunto de obras atravesadas por aquello que ella es e, incluso, aquello que será. Un viaje a lo más profundo de su ser. Su arte que es vida.
Breza Cecchini Ríu trae al Museo de Bellas Artes de Asturias una propuesta de su maduro quehacer. Un proyecto en el que se arriesga con nuevas técnicas y formatos, y en el que mantiene aquello que la posiciona como una de las creadoras más auténticas de nuestro panorama. El arte como Verdad. Su verdad.
La exposición Estaciones interiores, primera individual de Covadonga Valdés Moré (Gijón, 1966) en el Museo de Bellas Artes de Asturias, plantea un recorrido a través de su trabajo más reciente sobre papel. La selección de obras, procedentes en su mayoría de la colección de la artista, se compone de dibujos de distintos formatos y técnicas, varios ejemplos de estampas y un conjunto de sus característicos jardines de bolsillo, entre los que se encuentra el del propio Museo, el jardín del palacio de Velarde. A todo ello se suma una intervención específica realizada por la artista en el espacio expositivo en forma de pintura mural.
La muestra permite acercarse al estilo maduro de Valdés Moré, que combina la captación plenairista con una poética interpretación de la naturaleza y sus distintos elementos –paisajes, bosques, árboles, flores y aves–. A través de la representación de estos motivos, la artista sublima los sentimientos que le provoca su contemplación, creando sus propias estaciones interiores.
La exposición podrá visitarse en las salas 10 y 11 de la Casa de Oviedo-Portal entre el 24 de abril y el 31 de agosto de 2025.
La presente exposición conmemora el centenario del nacimiento de Eduardo Chillida (San Sebastián, 1924-2002), uno de los principales escultores de la segunda mitad del siglo XX. En ella se reúnen nueve esculturas y cincuenta estampas procedentes de destacadas colecciones institucionales y particulares, que ofrecen una amplia visión de una trayectoria basada en la constante formulación de preguntas acerca del espacio y sus límites.
El conjunto de esculturas abarca desde los primeros trabajos en hierro de los años cincuenta, entre los que sobresalen las formas expresivas y vibrantes de los yunques de sueños; hasta la sobria y contundente producción de las décadas de 1970 y 1980, que tiene sus principales exponentes en las investigaciones espaciales en acero y los bloques de tierra cocida de las lurrak.
Como contestación a los mismos interrogantes que motivaron sus esculturas, Chillida desarrolló en sus estampas un lenguaje bidimensional específico, fundamentado en la creación de rotundas estructuras de tinta plana negra y sutiles relieves estampados. La variada selección de obra gráfica permite revisar el uso de estos recursos en sus distintas etapas, pues comienza con el primer grabado del artista –creado en 1959– y alcanza sus últimas creaciones de finales de la década de 1990. Dentro de ella, son especialmente significativos los aguafuertes de grandes dimensiones, los pequeños formatos con bordes troquelados, las obras destinadas a libros de artista y los grabados de manos, único motivo figurativo que representó a lo largo de toda su carrera.
© Zabalaga Leku, VEGAP, Asturias, 2024
La exposición es la primera del arte japonés que se celebra en el Museo de Bellas Artes de Asturias, y representa la madurez a la que alcanzó el arte en el periodo Edo (1615-1868), un largo periodo de estabilidad cultural en Japón. Son pinturas, estampas, lacas urushi y otras artes que pertenecen principalmente a los siglos XVIII y XIX. Las obras expuestas proceden del Museo de Zaragoza: por un lado, de la colección de arte oriental de Federico Torralba (1913-2012), catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Zaragoza, y de las colecciones de obra gráfica japonesa Pasamar-Onila y de M.A. Gutiérrez. Varias piezas se exponen por primera vez al público acompañadas de nuevos estudios. A la vez, dos obras gráficas del pintor Léonard Foujita (1886-1988) que el Museo de Bellas Artes de Asturias posee completan la muestra.
Se exponen básicamente dos tipos de pintura en sus variados formatos tradicionales, que son, por un lado, la pintura en color de larga tradición que se remonta al siglo x y, por otro lado, la pintura monocromática muy vinculada al budismo zen, caracterizada por las sutiles aguadas capaces de expresar una gran variedad de grises y por los hábiles trazos del pincel. Partiendo de las premisas de ambos tipos de pintura, el grabado de madera experimentó un gran desarrollo artístico y técnico en la segunda mitad del siglo xviii, un arte hedonístico y licencioso demandado por los ciudadanos de a pie. Este grabado denominado de estilo ukiyoe tiene en esta exposición una amplia presencia: elegantes mujeres, gallardos hombres y fantásticos paisajes y naturalezas, que incluyen obras de Utamaro, Hokusai y Hiroshige. El grabado ukiyoe, ampliamente conocido en Europa desde finales del siglo xix, fue el principal causante del japonismo en el ámbito europeo y americano en el paso del siglo xix al xx.
La exposición tiene, a la vez, la intención de introducir a los visitantes las claves del arte japonés de la época, donde prima el concepto de elegancia, sutileza e incluso refinamiento. Los objetos de laca japonesa urushi –otro arte que representa a Japón— que acompañaban la vida de la clase samurái y de los acomodados ciudadanos como cajitas inrō y estuches para inciensos, también tienen una buena presencia en la muestra y sirven transmitir esa madurez artística y cultural del periodo Edo. La exposición incluye una representación del universo de la ceremonia del té, de un espíritu sobrio y exquisito, y el mundo del diseño de la escuela Rinpa, que también dejó huellas significativas en el japonismo.
Enmarcada en su programación de difusión de sus fondos en diferentes lugares de la Comunidad, el Museo ha firmado un concierto con el Ayuntamiento de Avilés para permitir que los artistas nacidos en Avilés o vinculados por distintas razones a la ciudad y que tengan obra en el Museo puedan ser vistos en el lugar en el que nacieron o crearon. Ese es el objetivo de la exposición La sonrisa estética. Artistas avilesinos en las colecciones del Museo de Bellas Artes de Asturias. Comisariada por Ramón Rodríguez, ofrece una panorámica que, obviando la figura de Juan Carreño de Miranda, comienza con Octavio Bellmunt (1845) y finaliza en Soledad Córdoba (1977); en conjunto 32 artistas y 62 obras que abarcan una parte importante de la aportación de los artistas avilesinos a la historia del arte de Asturias. No faltan representantes de la época de oro del arte avilesino, entre 1921 y 1934, impulsada por el crítico de arte José Francés –de quien se toma el título de la muestra- con miembros de las fecundas sagas familiares de los Soria y de los Espolita, así como María Galán Carvajal, José María San Julián o Luis Bayón, el precursor de la modernidad en la villa.
Las nuevas generaciones, la de los artistas nacidos en la posguerra y las de aquellos otros surgidos con posterioridad y que ya encontraron terreno fértil para sus creaciones, están bien representadas en cantidad, en calidad y en amplitud de técnicas; en la exposición, gracias a esos nuevos creadores, la mirada podrá detenerse en medios más heterodoxos y las tendencias artísticas se ofrecen en un amplio abanico de lenguajes estéticos que podrán contemplarse en las salas del CMAE (Centro Municipal de Arte y Exposiciones) y en la de la Casa de Cultura.
Para el último cuatrimestre de 2024, el Museo de Bellas Artes de Asturias presenta una nueva Obra invitada procedente, en esta ocasión, del Museo de la Iglesia en Asturias. Se trata del Díptico de la Pasión: una obra de época medieval, datada en el siglo XIV, y propiedad de la Catedral de Oviedo. Perteneciente a la Cámara Santa, constituye una de las obras de este periodo más destacadas de su colección.
La pieza consta de dos placas de marfil tallado unidas por dos bisagras. Cada placa se divide en tres registros en los que se narra la historia de la Pasión. En este sentido, las seis escenas se desarrollan bajo una arquería gótica que marca un ritmo de secuencias y que, a la vez, tiene un carácter unificador que construye y enrique el conjunto.
Por su parte, las tallas, en medio y alto relieve, destacan por estar realizadas con un detallismo naturalista de gran belleza así como por presentar una técnica preciosista, características, ambas, propias del gótico internacional.
El programa La Obra invitada tiene como finalidad el enriquecer la colección del Museo de Bellas Artes de Asturias con destacadas obras procedentes de coleccionistas particulares en algunas ocasiones, o bien de instituciones nacionales e internacionales que durante un periodo aproximado de tres meses nos permiten reforzar el discurso de la exposición permanente.
La obra, expuesta en la sala 1 del Palacio de Velarde, estará presente la pinacoteca regional desde el 25 de noviembre de 2024 hasta el 30 de marzo de 2025.
Landscapes of Affection es una instalación realizada con una serie de piezas de porcelana que moldean y reproducen el espacio negativo de los restos minerales recogidos en Blaafarveværket, un complejo de extracción y exportación de cobalto en Modum, Noruega.
El objetivo de la instalación es simbolizar escultóricamente las consecuencias más inmediatas derivadas de los procesos de extracción mineral, respondiendo de manera concisa a las cuestiones ambientales y los paradigmas sociales derivados de nuestro acelerado tiempo tecnológico y digital.
Las relaciones contemporáneas se construyen, gestionan y almacenan a través de nuestros dispositivos móviles, lo que nos puede llevar a considerar estos aparatos como una parte activa de nuestro organismo, es decir, una extensión corporal de momentos íntimos y relaciones humanas. Una parte importante de nuestro almacenamiento sensorial, se encuentra en un concepto abstracto y etéreo al que nos referimos como “la nube”. Esta nube, clasificada como una materialidad inmaterial, esta sin embargo formada por un una combinación de componentes minerales preextraídos de la superficie y de las profundidades de la tierra, y procesados posteriormente hasta convertirse en mercancía, perpetuando los regímenes acumulativos de nuestro apresurado estilo de vida. Una vez que estos dispositivos dejan de funcionar, completan su ciclo vital retornando a las capas terrestres como residuos electrónicos permanentes, convirtiéndose así en sedimento y en el legado geológico de nuestra hiperconectada y precipitada contemporaneidad.
La propuesta Landscapes of Affection plantea utilizar vidrio, porcelana y el cobalto reciclado de las baterías de los los teléfonos móviles obsoletos, como materiales que permitan establecer una articulación activa desde la que repensar nuestra huella mineral, respondiendo a las consecuencias geológicas derivadas de nuestro tiempo tecnológico y digital.
Landscapes of Affection es el nuevo proyecto específico de un artista contemporáneo para el patio y las salas de la planta baja del Palacio de Velarde. La protagonista, en esta ocasión, es Noemi Iglesias Barrios cuya exposición podrá disfrutarse en el museo asturiano del 19 de diciembre de 2024 al 23 de marzo de 2025.