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Diálogos entre el cine la pintura (XIII) – Goya: una doble aventura

20 de febrero de 2019, 18:00 h

27 de febrero de 2019, 18:00 h

6 de marzo de 2019, 18:00 h

13 de marzo de 2019, 18:00 h

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El 17 de marzo del año 1987 tuvo lugar la primera edición de la gala de entrega de los premios Goya. Unos galardones otorgados por la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, el hecho de que una academia dedicada al mundo del cine elija la figura de Goya para nombrar sus premios indica el enorme peso que la obra del pintor ha tenido, y tiene, sobre el séptimo arte. En palabras de Carlos Saura: “No tengo la menor duda de que si Goya viviera hoy sería un cineasta. Entre la ficción y el documental se movería nuestro aragonés con la misma energía y desenvoltura, con el mismo talento, con la misma imaginación con la que siglos atrás dedicó una parte de su vida a dibujar y a pintar. Amigo de “ilustrados”, amante de la música antes de su sordera, hombre preocupado por su tiempo, observador implacable de la realidad, apasionado por la vida y por un trabajo que era, al mismo tiempo, necesidad expresiva y crónica de su propia vida. Era un cineasta creativo y poderoso antes de inventarse el cine. Por ello nada más acertado que llamar Goya a los premios de nuestra Academia de Cine”.

La influencia de Goya es notable en centenares de películas, su pintura ha sido estudiada por los directores de fotografía buscando adaptar su manejo de la luz a las posibilidades que ofrece el cine. Los directores se han fijado en los enfoques y en la disposición formal de los elementos en sus pinturas para construir los retratos de los personajes y los encuadres de los planos en numerosas películas. Pero más allá de la posible inspiración formal que el aragonés haya podido ofrecer a los cineastas, está el impulso de la creación. Goya representa una fuerza creativa arrolladora, un espíritu inconformista que anticipa la modernidad explorando nuevos lenguajes con los que se adelanta a su tiempo. Su ingenio transgrede lo establecido, combinado con una mirada crítica, y en ocasiones amarga, haciendo gala también de un sentido del humor irónico que denuncia la moral imperante y la hipocresía. Más de un siglo antes de que se inventara el cinematógrafo, Goya ya estaba sentando algunas bases fundamentales del cine de vanguardia menos acomodaticio.

Lugar: salón de actos del Museo Arqueológico de Asturias.
Entrada: libre hasta completar aforo.